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Papa Francisco, pocos días como Pontífice pero la enseñanza ya es mucha y la tarea abundante…


(Reflexión para los sacerdotes de la diócesis de Celaya, 18 de marzo 2013)

Sin lugar a duda, nos ha movido mucho en estos días la parte emotiva, lo cual es válido. Recibimos con sorpresa la renuncia del Papa Benedicto XVI. Ahora nos ha hecho exultar la elección de su Santidad Francisco. De antemano, sin duda, siempre estuvimos dispuestos a ver con veneración al Papa que Dios nos mandara.

Pero en nuestro caso, contra los pronósticos de quienes creen saberlo todo, se volvió muy significativo el hecho de que haya sido un Papa surgido de la Iglesia en América Latina. Lo que indica que sí trabaja el Espíritu Santo, pues como nos ha hecho saber el Papa, la Iglesia no es un una organización no gubernamental más, ni se mueve por ideologías como lo hace el mundo, nuestro trabajo es servir al mundo ofreciéndole el amor de Dios y mostrándole el camino de la fe.

En todo este entorno, sea por la renuncia del Papa Benedicto XVI, como por la elección de Papa Francisco, también hemos sentido la fuerza de los enemigos de la Iglesia, que tratan de desprestigiarla y agrandar y divulgar los pecados de quienes somos parte de ella, esto desde luego es preocupante. Sin embargo eso no debe ser lo que más nos preocupe, pues con humildad, debemos reconocer que lo que más daño hace a la Iglesia no son los ataques externos, sino lo que a veces dejamos de hacer o simplemente lo que hacemos mal, quienes decimos trabajar por y en ella.

Tenemos un nuevo Papa y le damos gracias a Dios… y este nuevo Papa, en el pensar de un asistente a la plaza San Pedro, el día de ayer, en el Ángelus, significa “una primavera de la Iglesia” (“eres la primavera de la Iglesia”). Es una primavera que debemos aprovechar muy bien, para que la iglesia vuelva a florecer para bien de la humanidad.

Han transcurrido pocos días de la elección del Papa Francisco, pero han sido días de mucha enseñanza y de tarea abundante…

Más allá de la parte emotiva y más allá de las molestias por los comentarios que los enemigos externos de la iglesia puedan hacer; de inmediato debemos empezar a aprender de él y a caminar con él. Saquémosle provecho a esta primavera. De verdad que sus enseñanzas y pautas de trabajo son contundentes y claras.

Tenemos un Papa contundente y crítico hacia la estructura eclesial. Las palabras que dirige a los cardenales, en su primera misa como Pontífice, deben

cuestionarnos también a nosotros: Sin avanzar, reforzar la Iglesia y profesar la fe con seriedad, los príncipes de la Iglesia son “como niños en la playa cuando construyen castillos de arena: Todo se cae”. Lo importante no son los títulos (obispos, cardenales, Papa… en nuestra coso de sacerdotes: vicarios, párrocos, decanos, presidentes, coordinadores, monseñores, etc.) si no somos discípulos, entonces no somos nada.

Sin duda, nos duelen los comentarios que estos días han aparecido en las redes sociales, donde los enemigos sacan provecho, pero más nos debe doler cuando nosotros damos motivos al no servir al pueblo con verdadero amor o cuando con nuestro actuar lastimamos de modo directo a las personas, y más en el caso de los inocentes. Lo que más daña a la Iglesia no son los ataques que le vienen de fuera, sino lo que equivocadamente hacemos desde dentro.

Los críticos del medio periodístico han hecho elencos de grandes problemas, eclesiales y extra-eclesiales, que el nuevo Papa debe enfrentar: Escándalos, aborto, matrimonios del mismo sexo, un gobierno vaticano disfuncional, la corrupción y guerras territoriales. Sin duda, lo hará y marcará pautas claras desde el evangelio; pero hay cosas más urgentes que hacen más daño a la iglesia y que debemos reaccionar a la de ya: “Que los fieles no sientan cercanos a sus sacerdotes”. Que la jerarquía de la Iglesia no sea accesible a los fieles, que hagamos complicada la administración de la gracia. Que seamos motivo para que muchos se alejen del amor de Dios. ¡Qué triste cuando contaminemos a la Iglesia con la burocracia! ¡De cuánto debemos pedirle perdón al pueblo y al mundo en general!

Por eso el Papa Francisco de inmediato empezó a trabajar en esto:

- Quién iba imaginar que un Papa con tanta humildad iniciará su pontificado inclinándose para que el pueblo lo bendiga; cuando a veces los clérigos nos sentimos casi dueños de Dios.

- Ayer domingo, horas antes del Ángelus, el Papa se saltó el protocolo y apareció por sorpresa en las inmediaciones de la plaza de San Pedro, para sorpresa de fieles y curiosos que lo recibieron con aplausos y vítores.

- En el estilo informal, habló con el jefe de seguridad y le indicó que quería saludar a dos sacerdotes, a quienes abrazó cariñosamente.

- Posteriormente, se dirigió a la iglesia de Santa Ana, dentro del Vaticano, donde celebró la misa dominical sin que los fieles supieran que ahí iba estar el Papa.

En la misa el Papa Francisco se salió una vez más del guión establecido y presentó a los asistentes a Gonzalo, "un sacerdote argentino que trabaja en Uruguay con chicos de la calle, con drogadictos. Rezad por él", pidió el Papa.

Y los esquemas se terminaron de romper cuando acabó la Misa: Como cura de pueblo, el Papa saludó a la salida del templo uno por uno, a todos los asistentes a la misa, a los que dio la mano, abrazó o besó. "Reza por mí. Pero a favor, ¿eh?, no en contra" (le dijo así a un joven).

Tenemos un Papa dispuesto a usar las nuevas tecnologías de la comunicación en favor del evangelio: Ayer por la mañana lanzó su primer twitter: "Queridos amigos, os doy las gracias de corazón y os ruego que sigáis rezando por mí. Papa Francisco.

La tarea que el Papa está haciendo, nosotros debemos asumirla como propia, pues como sacerdotes somos colaboradores de él, en bien de la Iglesia y en bien del mundo. Sus actitudes y acciones nos deben cuestionar de fondo y son un llamado a la conversión, de modo que cooperemos para que esta primavera se sienta por todo el mundo, en primer lugar por nuestra conversión pastoral.

La gente es muy sensible y, sin lugar a dudas, esta primavera es la ocasión para que mucha gente se vuelve sentir cercana a Dios y a la Iglesia.

Al Papa la gente ya le mostró su gratitud (Mantas en la plaza San Pedro):

- "Gracias Francisco por devolvernos a la sencillez"

- "No me identificó con la Iglesia, pero creo que Francisco ha sido un soplo de aire fresco que puede traer el cambio"

- “Estuve lejos de la Iglesia por mucho tiempo, pero el Papa Francisco me hace regresar”

Cierro esta reflexión recordando las palabras centrales del mensaje del Papa Francisco en el Ángelus de ayer:

“Jesús nunca se cansa de perdonarnos, nunca. El problema es que nosotros nos cansamos de pedir perdón”

Nuestra tarea, como sacerdotes es: con palabras, acciones, actitudes y todos los medios, hacer accesible, para todos, ese amor de Dios. Ningún Papa cambiará la imagen de la Iglesia, si no colaboramos con él todos, especialmente los sacerdotes.

Dios bendiga al Papa Francisco.

Pbro. Carlos Sandoval Rangel
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